Fue un regalo de Dalí a su mujer Gala. Es un edificio medieval donde el artista materializó un desbordante esfuerzo creativo pensando en su mujer. El artista fue transformando el castillo hasta tener su taller y el mausoleo de su amada, a quien tenía que pedir permiso escrito para poder acceder dentro.
La vista al castillo es libre, pero el acceso a determinados espacios está condicionado a la capacidad del momento según el aforo establecido o a reservas guiadas.